Le dije al Saltimbanqui muy entusiasmado:
-Ya tienes la edad para saber
sobre la fuerza, por eso en cuanto cumplas otro año, nos vamos a quedar un fin
de semana encerrados viendo todas las películas de Star Wars, una tras otra. Y
vamos a comprar pizza, mantecado, papitas, jugos y dulces, para que no nos
falte nada.
-No papá, que nos ponemos
gordos.-...
Y con eso me dejó sin argumentos y sin fuerza.
Preparé al Saltimbanqui y me lo
llevé para ver la versión 3D de Star Wars en el cine. Le compré unos nachos con
queso y una botella de agua para que no me acusen de que lo lleno de dulces o de refresco.
Nos dieron las gafitas y nos sentamos a esperar. Nos comimos los nachos.
-¿Qué pasa papá? ¿Por qué no
empieza? ¿No hay señal?
Me divertí con la ocurrencia de
la señal y fue con lo único que me entretuve ya que la película nunca empezó. Salió
la gerente a decirnos que se dañó el proyector y que nos iba a dar un
"rain check".
Por segunda vez me quedé sin la
fuerza.Tercera parte
A la semana siguiente, decidí intentarlo de nuevo. Esta vez veriamos la película, costara lo que costara. Di mi pase de "rain check", volví a comprar nacho. El dependiente me iba a indicar en qué sala se estaba presentando.
-No te preocupes, ya se donde queda.
Entramos. Empezó la película. Sorpresa! La película la habían cambiado de sala, ese día estaban dando otra que también usaban gafitas.
-
Eh, creo que nos equivocamos de sala.
Risas del Saltimbanqui. Menos mal que esa película era apta para niños.
Mejor espero a su cumpleaños para verla.
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