miércoles, 15 de agosto de 2012

Star Wars

                                                     Primera parte.

Le dije al Saltimbanqui muy entusiasmado:

-Ya tienes la edad para saber sobre la fuerza, por eso en cuanto cumplas otro año, nos vamos a quedar un fin de semana encerrados viendo todas las películas de Star Wars, una tras otra. Y vamos a comprar pizza, mantecado, papitas, jugos y dulces, para que no nos falte nada.
-No papá, que nos ponemos gordos.
-...

Y con eso me dejó sin argumentos y sin fuerza.

                                                           Segunda parte

Preparé al Saltimbanqui y me lo llevé para ver la versión 3D de Star Wars en el cine. Le compré unos nachos con queso y una botella de agua para que no me acusen de que lo lleno de dulces o de refresco. Nos dieron las gafitas y nos sentamos a esperar. Nos comimos los nachos.

-¿Qué pasa papá? ¿Por qué no empieza? ¿No hay señal?

Me divertí con la ocurrencia de la señal y fue con lo único que me entretuve ya que la película nunca empezó. Salió la gerente a decirnos que se dañó el proyector y que nos iba a dar un "rain check".
Por segunda vez me quedé sin la fuerza.

                                                           Tercera parte

A la semana siguiente, decidí intentarlo de nuevo. Esta vez veriamos la película, costara lo que costara. Di mi pase de "rain check", volví a comprar nacho. El dependiente me iba a indicar en qué sala se estaba presentando.

-No te preocupes, ya se donde queda.

Entramos. Empezó la película. Sorpresa! La película la habían cambiado de sala, ese día estaban dando otra que también usaban gafitas.
-
Eh, creo que nos equivocamos de sala.

Risas del Saltimbanqui. Menos mal que esa película era apta para niños.

Mejor espero a su cumpleaños para verla.

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