Llevé al Saltimbanqui a la playa. Un niño al verlo luchar
con las olas, se le acercó y le enseñó cómo desenvolverse en el agua. Al
verlos, pensé que lo que le hacia falta en la vida era un hermano mayor que lo
guiara. Al rato, el chico que jugó con él se despidió.
-Papá, me quedé sin amigos. ¿Qué voy hacer ahora? Ya no tengo
con quien jugar, estoy muy triste.
Al poco tiempo estaba de nuevo luchando con las olas,
solito...
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