miércoles, 15 de agosto de 2012

Cajita de Kandinsky


Aún ando por Bogotá. Y hoy salí a comprarle un recuerdito al Saltimbanqui. Fui a un lugar que se llama Usaquén, que es un área de artesanías y los artesanos ponen sus mesas todos los domingos. Entre las cosas que le compré, le conseguí una cajita vacía, con alusiones al pintor Kandinsky. Me pareció chévere que el chico tuviera una cajita propia donde guardar las cosas que más atesora, sean cuales sean, de la misma manera que yo tengo una cajita donde guardo todas las cosas que más atesoro, que en este momento, son todas las cositas de él. Y no puedo dejar de pensar en el concepto patria. Y cada vez más se me antoja que patria no es otra cosa que el sitio donde está la gente que más uno ama. Que Saltimbanqui es la única razón por la que vuelvo. Que ansío el día en que pueda regresar para ir a sorprenderlo cuando salga del colegio, ver su carita de asombro y de alegría, que será un espejo de mi cara de alegría y de asombro.

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