De un soplido
A veces pienso que eres como un fósforo. Que te enciendes con gran intensidad, con mucha energía, mucho calor, mucha luz: una gran flama. Y que de pronto, poco a poco, ese fuego se va extinguiendo hasta apagarse. Vives la vida así, día a día, entre prendida y apagada, en busca de esa siguiente experiencia que te vuelva a incendiar nuevamente la mecha de tu existir
jueves, 16 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay que andar como un quinqué rodeándola, protegiéndola, para que no se apague.
ResponderEliminar-Joa Tous