sábado, 16 de febrero de 2013

Pelito

Por las noches, el Saltimbanqui se acuesta a mi lado en mi cama y me pide que le haga un cuento de cuando yo era chiquito. Yo le cuento las cosas que hacía en casa de mi abuelita cuando tenía su edad . Le paso mis dedos por su pelo, le hablo y casi de inmediato se duerme. Cuando yo era chico, iba a la sala, me recostaba en la falda de mi abuela y ella hacía exactamente lo mismo que hago con mi chico.
En noches de insomnio desearía poder ir donde ella para que me contara un cuento y borrara de inmediato todas las preocupaciones con mi pelo entre sus manos.

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