miércoles, 30 de septiembre de 2009

Elocuencia

Tan pronto la bibliotecaria supo que en el Sistema de Educación Pública, iban a prohibir ciertos libros, se indignó. La censura, no importa como la disfrazaran, le causaba náuseas. ¿Cuánta sangre se ha derramado para que hoy disfrutemos de libertad de expresión? ¿Por qué se siguen censurando libros que son parte de la grandeza literaria de nuestra América? ¿Hasta cuándo nos van a seguir sumiendo en la ignorancia? Se preguntaba esto mientras andaba de lado a lado por la biblioteca, con su paso lento, es caminar que la caracterizaba y que tanta burla se ganó de los estudiantes imberbes.
En esta ocasión decidió no manifestar su enojo. Con los años había aprendido que hay gestos que son más elocuentes que las pataletas. Sin ruidos ni aspamientos, sacó los libros prohibidos de las estanterías y los colocó en una mesa a la vista de todos los curiosos estudiantes con una nota que decía: “Decide tú si ameritan sacarse del currículo. No dejes que nadie piense por ti”.

1 comentario:

  1. ¿¿¿Y esto hizo Taty??? Me encantó. Lo compartiré con mi suegrita que es Bibliotecaria.

    -Joa

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