domingo, 6 de septiembre de 2009

Bajo la lluvia

Cuando la primera gota gorda de lluvia le reventó en la cara entendió que era hora de que su hijo se diera su primera gran mojada. Pero el temor infundado por madres histéricas de que eso lo podría enfermar, lo contuvo. De chico esa era su diversión favorita: correr bajo la lluvia, el salpicar los charcos y construir represas de fango en las cunetas. Le entristecía que su hijo se estuviera perdiendo lo que verdaderamente importa en la vida: las cosas simples. No entendía porque en estos tiempos de planes médicos accesibles, de pediatras en cada esquina, de medicinas que no necesitamos, una simple lluvia causara tanto temor. Así que mandó al diablo a tanta ave de mal agüero y junto a su hijo brincó bajo la lluvia.

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