lunes, 2 de agosto de 2010

¡Feliz cumpleaños!

(Cuento)

Los calambres estomacales le comenzaron dos días antes de meter a bañar a su hija en una paila vieja de pintura, y se fueron agudizando según iban pasando las horas.
-¡Ni que estuviera pariendo, coño! – se quejó.
El temblor de las manos apenas permitió terminarle la trenza a la niña.
-Te tengo una sorpresa, cariño. Ven conmigo. – Le dijo sin entusiasmo.
-Vamos a jugar…
-Mi amor, ya tendrás tiempo para lo que quieras.
Caminaron hasta donde estaba un auto deportivo gris. Un hombre, exquisitamente vestido, acercó el rostro hasta el cuerpecito escuálido de la cumpleañera. Y con los ojos cerrados, la olió.
Miró satisfecho a la mujer, en el mismo instante en que ésta se secaba, con la manga estrujada y sucia de la camisa, el sudor frío de la frente.
-¡Aquí tienes lo convenido!
Le tiró un sobre amarillo, cargó en hombros a la niña y se marchó.
La mujer deambuló en dirección contraria para que la culpa dejara de respirarle en el oído. Llegó hasta el punto de drogas y le dijo al vendedor:
-Dame lo mejor que tengas. Hoy mi nena cumple tres añitos y voy a celebrarlo en grande.
Le pagó con todo el dinero del sobre amarillento y se alejó, para olvidarse de los calambres, en el infinito.

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